A primera vista parece una casa tradicional realizada en madera y piedra, con algún que otro apero de labranza y aparejos de pesca en sus paredes. Una vez entramos descubrimos que prácticamente toda la casa es una tapería, con un par de salones convertidos en restaurante, con mesas de madera la gran mayoría e incluso una barra de bar en el medio.Hablando de esta barra... aquí es donde deberéis ir para reservar mesa, ya que habrá momentos (sobre todo fines de semana) en los que el local esté tan lleno que habrá que hacer cola, y en la barra es donde anotan a quien le toca de siguiente. 

Por la semana no suele haber problema para comer pero los fines de semana puede estar lleno, especialmente si es verano o hay fiestas cerca. Respecto a la comida la verdad es que tiene bastante variedad pero sobre todo abundan los productos gallegos y del estilo de los furanchos, es decir, “chourizos o inferno”, calamares, pimentos de padrón, todo tipo de tortillas, chipirones, pulpo y todo lo típico de nuestra tierra. La comida suele estar muy rica, las raciones son abundantes (de hecho, pedimos una ración de tortilla y nos trajeron una entera y no veáis lo que costo acabarla, porque habíamos pedido dos o tres platos mas). Respecto al precio no esta nada mal, de ahí su éxito. Por poneros un ejemplo, la última vez que fuimos comimos 4 personas por alrededor de 26 € (una tortilla, calamares, tabla de embutidos y quesos, revuelto de setas con jamón, bebida, postre y café). El postre suele ser casero así que si os gustan este tipo de postres no dudéis en probarlo. También están muy buenos los licores y cremas de orujo.

Es un local bastante acogedor, cómodo y de fácil acceso así que os lo recomiendo totalmente, además os queda cerca de la playa en el verano, y en el invierno lejos del caos de las ciudades.
Os dejo el mapa para que nadie se pierda, espero que os guste!!