Cuentan las leyendas que, cuando se pone el sol que alumbra el día del 23 de junio, las “lareiras” de las brujas se convierten en improvisados laboratorios donde potes, ungüentos y conjuros se mezclan en misteriosas pociones y como preámbulo de su vuelo nocturno. Pero también “hailas” que deciden recibir el solsticio al amparo de los montes, en una barca que surca el mar o en reuniones en descampados, cuevas, ríos y riachuelos, así como en campos despejados. De ahí que hasta en el lugar más recóndito de Galicia se encienda una hoguera como símbolo purificador y protector. Es el fuego que, una vez hecho brasas, se salta al grito de “Bruxas fóra” con el fin de alejar los males que puedan avecinarse. Es, pues, alrededor de una hoguera donde la simbología encuentra su máxima expresión y presencia popular: reunidos en torno al fuego, se canta, se baila, se come y sobre todo se bebe con el fin de ahuyentar a los malos espíritus. Es muy común por ejemplo ver en cualquiera de estas hogueras una queimada o un grupo de gente cantando y riendo, celebrando una fiesta de las más arraigadas en nuestra tierra.
Orígenes.
Días después del solsticio de verano se celebra en toda Europa la llegada del estío y el apogeo del sol. Con ritos semejantes y aceptada su procedencia de tradiciones célticas originadas en la Edad Media, en el santoral católico coincide con la festividad de San Juan y los rituales son restos de enraizados cultos al fuego, el agua y la tierra. Las hogueras de San Juan son el ritual más conocido y practicado: al fuego debemos de enfrentarnos para dominarlo y que nos conceda sus favores.
Así, la manifestación popular de la hoguera se ha mantenido como una fiesta de hermandad, por lo que es muy común encontrarnos en las calles, las plazas, el monte o las playas numerosas hogueras organizadas por grandes y pequeños colectivos que adornan la celebración con cierta carga de superstición añadida entregando al fuego materiales viejos, inservibles o fatídicos; y disfrutando de la fiesta a través de la gastronomía, de ahí que sean tan populares las “sardiñadas” y churrascadas populares, así como la degustación de chorizos y vino del país.
Las fiestas importantes y con más arraigo en nuestra tierra son la Fiesta del Aquelarre Poético o Noche de San Juan en Marineda, en A Coruña; el San Juan de Sarria, en Lugo; y diversas manifestaciones populares en las provincias de Ourense y de Pontevedra, entre las que se encuentran como las más numerosas las hogueras de la playa de Panxon en Pontevedra y las de la playa del Orzan en Coruña.
Hay distintos rituales con respecto a estas fiestas, los más conocidos son la elaboración de ramos con rosas, saúco, hinojo, torvisco, palitroques, hierba de San Juan, cardos y otras flores. Lavarse a medianoche en una fuente, riachuelo o el mar. Frotarse la piel con el rocío de la mañana y echar sal por encima de los tejados…, estos son algunos de los recursos más empleados por aquellos que buscan la protección antes las meigas.
Si quereis saber más sobre estas fiestas en Galicia pinchad AQUI, en donde podréis ver todo esto que os he contado pero mucho más detallado.
Os dejo aqui una representación de la Queimada realizada en un aquelarre en Viveiro - Lugo
Y otro de las hogueras de Coruña con su ya famosa tirada de fuegos artificiales
3 Comentarios:
PILAR dijo...
MI TIERRA ES UNA BELLEZA Y HABERLAS HAILAS O CASO E DAR CON ELLAS.JAJAJA
Inma dijo...
Muy bien comentado.
Un saludo
Anónimo dijo...
las brujas son lo mejor y no tiene que ser malas, eso me encanta de galicia toda la mágia de las brujas, duendes etc VIVA GALICIA!!