Hoy os quiero hablar de unos restos de un castro situados prácticamente encima de Cabo Home, con unas vistas impresionantes de las rías baixas (digo LAS porque se ven 3 de las rías desde el punto más alto, además de las Cies y Ons al mismo tiempo) y rodeado de acantilados y playas impresionantes. Para llegar a este castro no hay carretera directa, así que tendréis que aparcar a unos 200 metros y subir por una cuesta de piedras bastante importante (os recomiendo ir descansados ya que la cuesta tira lo suyo).
Según vais subiendo por este camino podréis ver a mano izquierda del camino unas vías que se usaban para bajar las piedras de las excavaciones. Impresionan bastante ya que por el gran desnivel del terreno muchas de ellas se encuentran levantadas por encima del nivel del suelo.
En cuanto empecemos a acercarnos ya empezaremos a ver restos de las excavaciones y alguno que otro castro solitario, un poco alejado de lo que sería el centro del poblado.
Básicamente estos restos restos son el santuario de peregrinación más antiguo de Galicia. En su momento se podían admirar más de cien altares romanos de los siglos III y IV que plantados en la cima del monte honraban una enigmática deidad galaica llamada Bero Breo. Es el primer lugar sagrado de este tipo que se encuentra en la Península, con el que solo existen paralelismos en otros puntos de la costa atlántica europea.
De esta época romana también está la llamada villa Pipín y tres piscinas halladas en la playa de Pinténs (muy cerca del lugar) que se dedicaban a salazón de pescado y se cree que también estaban relacionadas con este poblado.
El Monte Facho, como la mayoría de los que podemos encontrar en Galicia esta constituido por una muralla circular que rodea el poblado y una serie de edificaciones circulares que en su momento tuvieron el techo de paja y que se comunicaban por estrechas callejuelas por las que apenas coge una persona. Además de estos castros también podemos encontrar una calzada romana, una garita de vigilancia centenaria que en su momento también se le dio uso de Faro, y numerosos petroglifos de más de 3.000 años de antigüedad.
Historia y descripción
El Monte do Facho acogió a lo largo de siglos distintas expresiones de la vida en la comarca. Desde el siglo X a.C. hasta el siglo VII a.C., existió un poblado en la ladera Este del que apenas tenemos información salvo la de su excepcional tamaño. A partir del siglo VI a.C. surge el castro galaico, poblado fortificado que subsistirá hasta el siglo I a.C. De este aún podemos ver parte de las murallas, el foso, las piedras que conformaban sus viviendas y que hoy cubren las laderas del monte, los basureros en los márgenes del poblado, o la topografía actual del monte que deriva tanto de la construcción misma del poblado como de la configuración natural.
Posteriormente, un santuario levantado sobre la cumbre va a recoger las viejas creencias de quienes habían vivido en el castro para dotarlas, a lo largo de los siglos II al IV d.C., de un nuevo carácter, ahora marcado por el proceso de asimilación de la cultura latina en la región del Imperio Romano llamado Gallaecia. Finalmente en el siglo XVIII se construye un puesto de vigilancia costera con fines militares, del cual pervive la garita.
Los altares votivos, ara en latín, son los hallazgos más significativos de las excavaciones del Monte do Facho. Su función era ofrecer al dios un pequeño monumento que recoge en una inscripción su condición de exvoto, la divinidad a la que va dirigida y, en ocasiones, el nombre del dedicante y/o los motivos de la ofrenda. Los ejemplos del Monte do Facho constatan la interpretación que hacen los galaicos de los modelos originales romanos. Al lado de escasos ejemplos clásicos, encontramos la reformulación en el ambiente provincial galaico, con variaciones en la morfología y enriquecimiento ornamental hasta llegar después en las últimas fases del santuario a unas formas muy alejadas de los modelos romanos. Un proceso que expresa la creación de una identidad estética y simbólica galaico-romana.
El santuario de Berobreo se disponía en un área en pendiente que circunda la cumbre del monte. Existen restos de columnas que indican la existencia de un edificio, pero hasta ahora solo conocemos una disposición a cielo abierto de altares que, hincados en la tierra y en gran número, ocupaban buena parte de esa área. Una acumulación que motivó la tendencia de los monumentos a ser estrechos y altos, configurando lo que a la vista parecería un "bosque de aras". Al final de la existencia del santuario, el lugar se abandona; las aras irán cayéndose y amontonándose, a veces fragmentadas, para permanecer así hasta nuestros días.
Posteriormente, un santuario levantado sobre la cumbre va a recoger las viejas creencias de quienes habían vivido en el castro para dotarlas, a lo largo de los siglos II al IV d.C., de un nuevo carácter, ahora marcado por el proceso de asimilación de la cultura latina en la región del Imperio Romano llamado Gallaecia. Finalmente en el siglo XVIII se construye un puesto de vigilancia costera con fines militares, del cual pervive la garita.
Los altares votivos, ara en latín, son los hallazgos más significativos de las excavaciones del Monte do Facho. Su función era ofrecer al dios un pequeño monumento que recoge en una inscripción su condición de exvoto, la divinidad a la que va dirigida y, en ocasiones, el nombre del dedicante y/o los motivos de la ofrenda. Los ejemplos del Monte do Facho constatan la interpretación que hacen los galaicos de los modelos originales romanos. Al lado de escasos ejemplos clásicos, encontramos la reformulación en el ambiente provincial galaico, con variaciones en la morfología y enriquecimiento ornamental hasta llegar después en las últimas fases del santuario a unas formas muy alejadas de los modelos romanos. Un proceso que expresa la creación de una identidad estética y simbólica galaico-romana.
El santuario de Berobreo se disponía en un área en pendiente que circunda la cumbre del monte. Existen restos de columnas que indican la existencia de un edificio, pero hasta ahora solo conocemos una disposición a cielo abierto de altares que, hincados en la tierra y en gran número, ocupaban buena parte de esa área. Una acumulación que motivó la tendencia de los monumentos a ser estrechos y altos, configurando lo que a la vista parecería un "bosque de aras". Al final de la existencia del santuario, el lugar se abandona; las aras irán cayéndose y amontonándose, a veces fragmentadas, para permanecer así hasta nuestros días.
Además de este poblado podremos disfrutar de unas de las mejores vistas de la costa de toda la provincia, además de una naturaleza digna de admirar. Acantilados, islas, bosques, playas (para mi las mejores de España, sobre todo después de ir al sur y comparar), Faros... en menos de un kilómetro a la redonda podremos disfrutar de gran cantidad de lugares "paradisiacos". Para quién quiera ver algo más le recomiendo que se acerque hasta el mirador de Cabo Home y sus faros La playa de Melide con sus bonitas dunas el cruceiro de Hio (uno de los más grandes de Galicia) o incluso el lado opuesto del cabo (cabo Hudra),donde podremos disfrutar de una bonita playa y de las vistas opuestas a Cabo Home. Incluso si queréis cenar tenéis Cangas relativamente cerca con gran número de buenos restaurantes, taperías o incluso Creperias y cervecerías donde pasar una buena tarde disfrutando de nuestro tiempo libre.
Os dejo aqui una vista de 360º desde Punta Fuxiño, que es justo al lado de uno de los faros de Cabo Home que os comentaba. Como podéis ver, ya desde aqui tiene una gran panorámica... Imaginaos desde el castro que esta mucho más alto ;) (Imagen cedida por Galicia360)
Aqui un video del lugar donde podréis apreciar mejor las construcciones y vistas del lugar:
aquí una vista aérea del lugar para que os podáis situar mejor
Ver Turismo Enxebre en un mapa más grande
Y aquí una desde más arriba donde se pueden apreciar las Cies, Ons, Bayona y muchos más lugares de alrededor que podréis ver desde lo alto de este lugar. Ya os digo, para mi gusto es uno de los lugares de Pontevedra con mejores vistas...
4 Comentarios:
Anónimo dijo...
No conocía ni el monte ni el castro.Y mira que he ido veces y veces por la zona. En Cabo Hudra si estuve una vez pero había muchísima niebla y apenas se veía nada.
Cabo Home es una zona que me encanta, muchos veranos hemos ido a pasar el fin de semana a la playa, y cuando éramos pequeños incluso se podía acampar en los alrededores.
Sin duda un lugar que tengo que ir a conocer. Gracias por la recomendación Esteban.
Un saludo
Anónimo dijo...
He ido muchísimas veces al monte y al castro y es algo maravilloso. Se lo recomiendo a todos los que tengan la oportunidad de ir, ya que es algo de lo que uno no se olvida nunca.
Unknown dijo...
Ayer estuve por alli, desgraciadamente, como todo en esta nuestra tierra esta bastante descuidado. La maleza va engullendo todo y no se aprecia que exista una minima conservacion.
ADE dijo...
Y con todo descuidado, la vista es impresionante. Una cosa: se escribe Cabo Udra. Sin "hache".